martes, 15 de enero de 2013

Leyes perras


Ortega y Gasset: “Una de las más sugestivas investigaciones que la nueva teoría inspira es la reconstrucción de la historia como proceso de descubrimiento de los valores. Cada raza, cada época parecen haber tenido una peculiar sensibilidad para determinados valores, y han padecido, en cambio, extraña ceguera para otros”.

Parece ser ya un lugar común resaltar el valor de la pluralidad en una democracia sin preguntarnos mucho las razones. Me queda clara una: la riqueza inherente de sus múltiples preguntas y respuestas nos permiten ser menos vulnerables al error, —y ahora—; debido en  gran medida a las nuevas tecnologías, menos ciegos. La sentencia de Ortega y Gasset (como las opiniones de muchos otros grandes pensadores) ya no es es tan clara: ¿Resulta viable una época  de amplia sensibilidad para todos los valores? Creo que sí.

Paradójicamente la pluralidad exige de algunos dogmas para funcionar: el democrático, la tolerancia, la legalidad o reglas claras, por citar algunos, so pena de degenerar en sectarismo y con ello, en considerar al otro como dispensable de forma definitiva. La imposición de una secta sobre las otras en lugar de lugar de la mimetización social, o el aislamiento donde todos hablan al mismo tiempo y nadie se entiende son dos maneras de desperdiciar nuestra fuente cultural.

Todo esto viene a cuento, por la poca comprensible actitud del PAN, PRI y PRD (en su calidad de signantes del Pacto por México) hacia la ciudadanía activa. No se ve, —a pesar de ser ya reclamado en distintos tonos por distintas voces—, disposición alguna por tomar en serio o fomentar la participación ciudadana en el contenido, discusión, y apoyo político de dicho pacto, que no sea para salir en la fotografía en un acto protocolario. Sospecho, —y recalco que se trata tan sólo de una conjetura—, de que al representar ese instrumento político (entre otras cosas) un intento por lavarse la cara ante la ciudadanía por parte de esos partidos políticos ante su deplorable desempeño, y ante las inminentes candidaturas independientes de mitad de sexenio, han preferido sacrificar el aporte ciudadano, para no prestarles vitrina alguna. Mezquindad.

Ley de víctimas
Una ley con 99% de errores y tan sólo 1% de buenas intenciones. Una ley que no sirve: que pretende transferir, entre otras ocurrencias la responsabilidad civil de las personas al gobierno. Si el que te dañó no tiene dinero, que el gobierno te lo pague. Dicen que pronto la van a reformar para “hacerla plausible”: ni la burla perdonan.

Perros al ataque
¿Tienen los animales derechos? No. Para salvar ese detalle surgió en tuiter el hastag #yosoycan26. ¡Por una Constitución canina, humanos incluidos!

Por Sergio Aguirre

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