Hoy
en día es difícil pensar en la existencia de una empresa que de alguna manera
no esté ligada a los derechos de la propiedad industrial.
Desde las empresas
más pequeñas se puede detectar el uso de estos derechos de alguna forma, ya sea
por que utilizan una marca para identificar sus productos o servicios, o bien
porque con el paso del tiempo van desarrollando sus propias tecnologías que a
la postre serán el origen de algunas invenciones.
En cualquier caso, siempre es
altamente recomendable que desde un principio se adopten medidas para la
adecuada protección y administración de estos derechos intangibles, que con el
paso del tiempo pueden ser vitales como ventaja competitiva y fundamentales en
el valor de la empresa.
Difícilmente se desarrollará adecuadamente una empresa
sin una cultura corporativa que entienda y valore los derechos de propiedad
industrial y conozca, así sea en términos generales, los procedimientos e
instituciones encargadas de la protección de los mismos.
La ausencia de una
cultura corporativa de esta naturaleza pone en un serio riesgo competitivo a
cualquier empresa.
En una simple planeación, las empresas buscan siempre
detectar los mercados a los que pretenden ingresar, primero a nivel local,
posteriormente a nivel nacional y en ocasiones, trascendiendo sus fronteras, ya
sea mediante importaciones o exportaciones de bienes o servicios, todo lo cual
debe ir siempre ligado a la cultura corporativa en relación con la propiedad
industrial, pues de lo contrario, es posible que al ingresar en nuevos mercados
tengan de inicio una desventaja competitiva al no contar con sus derechos
protegidos para dicha situación.
Desafortunadamente, muchas empresas voltean a
ver a esta materia hasta que son sujetos de litigios, que a la postre son
costosos y desgastantes, por haberse negado a considerar estos derechos como
estratégicos en su desarrollo.
Así pues, la adopción de una estrategia en
relación con los derechos de propiedad industrial, representa además de una
eficaz defensa (preventiva) de activos fundamentales de la empresa, la base
para el adecuado desarrollo y crecimiento de la negociación.
Con esta reflexión recordamos que el pasado 26 de abril se celebró el Día Mundial de la Propiedad Industrial.
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