miércoles, 7 de mayo de 2014

Legalismos vs. problemas

Los tribunales tienen que conquistar su relevancia en la sociedad. Existe una enorme brecha entre los conflictos que aquejan a una colectividad y el quehacer de todos los días del sistema de justicia. Las sentencias de los jueces muchas veces no resuelven los conflictos que subyacen en todo proceso judicial. Parece que lo relevante dentro de la maquinara judicial es tramitar casos, llevar a cabo todas y cada una de las etapas de un juicio, cumplir con las formalidades del derecho y no, como debería ser, pacificar el conflicto de fondo e intentar generar un contexto para que éste no se repita en el futuro. 
Este es el diagnóstico que ha hecho el Centro para la Innovación de Tribunales, un think tank norteamericano con sede en Nueva York. Si bien el Centro se dedica a analizar y proponer soluciones para sistema de justicia norteamericano, muchos de sus hallazgos y soluciones son aplicables en cualquier sistema de justicia del mundo. La pregunta es: ¿cómo acotar la enorme distancia entre la demanda y la oferta de justicia? 
El Centro ha propuesto los denominados "tribunales que solucionan problemas" (problem-solving courts). Estos tribunales funcionan en el ámbito penal. Parten de la premisa de que una de las razones por las que es disfuncional la justicia penal es que opera bajo el esquema de "una misma talla le queda a todos". Por ejemplo, el sistema trata exactamente igual a una persona que roba en un centro comercial porque es un ladrón profesional, a otra que roba porque es adicta a la droga y necesita dinero para comprarla. En México, como quizá en muchas otras partes del mundo, estos dos individuos recibirían una sentencia de cárcel cuyo número de años dependería del monto de lo robado. Según el Centro para la Innovación de Tribunales, los jueces deben resolver estos casos en función del problema de fondo. Por ejemplo, para que un adicto a la droga deje de robar es mucho más efectivo obligarlo a insertarse en un programa de tratamiento de adicciones a meterlo a la cárcel. En cambio, un ladrón profesional es probable que sólo cambie sus patrones delictivos cuando sea sancionado con cárcel. El punto de fondo es que un "tribunal que soluciona problemas" tiene que asegurarse que su sentencia se hace cargo del problema de fondo y no sólo de las formalidades legales. 
En Estados Unidos se han puesto en marcha, principalmente en el ámbito local, al menos 11 tipos de "tribunales que solucionan problemas". Unos de los más conocidos son los denominados "tribunales comunitarios". El propósito central de este tipo de tribunales es mejorar la seguridad pública en colonias o barrios específicos. Como su nombre lo indica, son tribunales insertos en una comunidad predeterminada. Los jueces, a través de un diálogo con los residentes de esa comunidad, definen tres o cuatro delitos menores que afectan la calidad de vida de los que viven ahí. Por ejemplo: vandalismo, consumo de drogas o alcohol en la calle, riñas entre pandillas, etcétera. El objeto de los tribunales es reducir la incidencia de ese tipo de delitos. Para ello se utilizan los recursos del sistema: policías, jueces, ministerios públicos, abogados, etcétera. Al mismo tiempo, los jueces hacen un esfuerzo por involucrar a los residentes y a los grupos comunitarios en la solución de los problemas elegidos. Por ejemplo, una parte importante del proceso tiene que ver con hacer que el acusado escuche en voz de las víctimas y de los residentes las consecuencias y costos que tienen para otros sus acciones. Los acusados generalmente son sancionados combinando el castigo (arrestos, pago del daño ocasionado, cárcel) con la ayuda a la comunidad (involucrarse en algún proyecto comunitario o un servicio público). Los resultados han sido muy impresionantes. 
¿Por qué no intentamos en México poner en marcha algún tribunal comunitario? En materia penal las cosas están tan mal que no es difícil mejorar lo que hay. Pero para ello, falta la convicción por el cambio. Esa todavía no la tenemos. Y es ahí donde estamos más atorados.
Ana Laura Magaloni Kerpel

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