Para consolidar la democracia es necesario que el Estado persiga eficazmente los delitos y se conduzca con apego a derechos humanos, aseveró ayer el Ministro Arturo Zaldívar.
Por lotanto, las autoridades deben respetar el principio del debido proceso, indicó.
"El debido proceso no es un tecnicismo, el debido proceso es lo único que justifica el poder punitivo del Estado.
"El Estado democrático tiene que ser eficaz, sin duda, pero tiene que hacerlo respetando los derechos humanos, nada justifica la violación de los derechos humanos", destacó.
Durante su participación en el Seminario Internacional "Diálogo Jurisprudencial e Impacto de las Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos", Zaldívar sostuvo que los derechos humanos son el centro de la ingeniería constitucional.
Además, el Ministro de la SCJN indicó que dichas garantías no están bajo negociación al momento de impartir justicia.
Resaltó que existe un falso debate de discordia entre seguridad y derechos humanos, no obstante, ambos conceptos pueden estar en armonía cuando la autoridad logra una labor profesional e inteligente.
Además señaló que la Primera Sala de este Tribunal ha desarrollado en tiempos recientes una rica doctrina constitucional sobre el debido proceso en materia penal.
Ejemplo de ello es la jurisprudencia que protege los derechos de los indígenas y la asistencia consular de los extranjeros en nuestro país.
Asimismo, el Ministro indicó que se ha impulsado el mandato constitucional de poner de inmediato a disposición del Ministerio Público a los detenidos y el respeto a la presunción de inocencia.
Agregó que la Corte respalda el principio de inviolabilidad del domicilio y de las comunicaciones privadas, la invalidez de la prueba ilícita y del efecto corruptor dentro de un proceso.
"Querer afirmar que si se establece la obligación de cumplir el debido proceso en un determinado procedimiento, esto implica necesariamente que se está desconociendo o violando los derechos de las víctimas, me parece que esto no es así.
"Hay que hacer que la gente entienda que el debido proceso y los derechos humanos son esencia de un Estado democrático.
"Y cuando la Corte, cuando un juez protege el derecho humano de alguien, está protegiendo el derecho humano de todo; y sin derechos humanos no hay democracia, no hay paz, no hay concordia y no puede haber bienestar", resaltó.
Fuente: Reforma
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