miércoles, 12 de febrero de 2014

No hemos tomado en serio el Derecho

Hay en la sala de espera de la oficina de José Ramón Cossío Díaz (DF, 1960) más de 50 legajos blancos apilados. Aún no se acaban de contar cuando el Ministro de la Suprema Corte de Justicia y nuevo integrante de El Colegio Nacional aparece, puntual.

"Un momentito", pide, alargando la vocal inicial.

Despacha a dos personas más, abre la puerta de su oficina -pintada de rojo- e interroga al fotógrafo que hace unos días seguía a las autodefensas en Michoacán.

"¡Pa' la mecha, el tipo de armas que traen!", comenta.

Quiere saber las impresiones sobre los motivos que tuvo la gente para alzarse. A falta de justicia, le dicen. "A falta de todo, de todo -confirma-, qué desmadre hay".

Doctor en Derecho Constitucional, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009 y Ministro desde 2003 de la Corte, donde es considerado el más liberal, Cossío se explica las autodefensas así: "Por una ausencia muy reiterada y de largo plazo del Estado".

"Pero no lo justifico: me lo explico".

Hay una contradicción en todo esto, señala el Ministro, que presentará su discurso de ingreso a El Colegio Nacional el martes a las 19:00 horas. En una sociedad que tiene más de 2 mil escuelas de Derecho, la justicia se consigue con la propia mano. Es un tema que quiere abordar en su discurso y durante su labor en el selecto grupo de 40 miembros de El Colegio.

"En México nunca nos hemos tomado en serio el Derecho. De un lado se le ve como algo mágico porque se cree que si se transforman las leyes se transforma la realidad, lo que es una tontería, y, por otro lado, no se llevan a cabo los pasos necesarios para que el Derecho sea un sistema de ordenación social. Entonces, vivimos entre el fetichismo y la negación del Derecho".

Además, no ha habido una regulación de calidad en la carrera, dice. "Hay una gran cantidad de personas que con bajos escrúpulos o muy baja preparación andan ahí lastimando a muchas personas".

La regulación es uno de los asuntos que espera proponer en El Colegio. El tema lo conoce bien, pues nunca ha dejado de ser profesor ni piensa dejar de serlo mientras esté en la Corte: hasta el 30 de noviembre de 2018.

Considera que su elección para ser parte de El Colegio -"la mayor alegría de mi carrera académica"-, donde lo mismo están Gabriel Zaid que Ramón Xirau, se debe tanto a su labor académica como a sus libros publicados, 22 hasta ahora, más otros 2 que están en la imprenta.

De vez en vez se oyen las notificaciones que le llegan a su celular. Son de su Twitter. Cossío Díaz es uno de los Ministros más jóvenes y el único que tiene cuenta en esa red.

¿Cómo ha llegado a tener 34 mil seguidores con sólo 584 tuits?

La pregunta le da risa. Pero aclara que sigue sólo a instituciones, 183, ni una sola persona. "Para que no se crea que soy parcial".

Añade que la labor de Ministro es muy solitaria: no salir mucho, no tener muchos amigos, y el Twitter le ha permitido conocer más de lo que pasa. "Me siento más integrado a la sociedad", asegura Cossío.

De pronto luce impaciente. Afuera esperan más de 50 legajos, reuniones, visitas.

El número de juicios que a inicios de 2014 tenía la Corte, 840, no le parecen excesivos en la medida que tiene un buen equipo. Tener tantos casos, señala, es una muestra de los tiempos que corren: "Hay algunos que deberían haberse resuelto a través de negociaciones y acuerdos políticos". Muestra, además, a una sociedad plural en la que hay mucha competencia.

¿Gana siempre el que tiene la razón?

"Gana quien tiene más capacidad de argumentar sus asuntos jurídicamente.

Aunque argumentar mejor no quiere decir tener la razón.

"Ése es un gran problema. El problema de acceso, pero el modelo está hecho bajo la ficción de que todos pueden acceder al derecho.

Cossío Díaz, quien se dice liberal o de centro izquierda en una Corte de 11 Ministros que, en general, ve como de centro, tiene buen humor. Y eso que una gran parte de las votaciones han sido reveses para los temas que ha propuesto: revisar la legalidad del Ejército en las calles, impedir el rastreo de los teléfonos celulares, el que todos los funcionarios declaren su patrimonio, por ejemplo.

¿Se siente como un Quijote en medio de la nada?

(Vuelve a reír). La cuestión es no amargarse ni pensar idealistamente, sino salir todos los días a dar un buen partido, a echarle ganas como dicen los muchachos.

¿Tiene solución Michoacán, el País?

Tiene solución, hombre, pero no en tres días.

Matices del arte

El hombre sin atributos, la obra inconclusa de Robert Musil sobre un joven matemático desconfiado ante la inercia del mundo en el Imperio Austrohúngaro declinante, es la novela preferida de José Ramón Cossío.

En poesía prefiere Piedra de sol, de Octavio Paz, y en teatro, Muerte de un viajante, de Arthur Miller.

El Ministro siempre ha sido muy cercano a las artes.

La última exposición que le impresionó fue Mayas, revelación de un tiempo sin fin, en el Palacio Nacional

A la pregunta ¿Sirve conocer el arte y la cultura al momento de tomar una decisión jurídica? responde:

"Sí. Lo coloca a uno en la disposición de captar los muchos matices de la vida humana y social".

José Ramón Cossío, Ministro de la Suprema Corte de Justicia

"En términos académicos (el ingreso a El Colegio Nacional) es la mayor distinción que a uno le pueden dar, o al menos para mí. Espero que haya otras".

"La ruptura institucional y social en Michoacán es tan grave, que considero importante tratar de reconstruir la mayor cantidad de condiciones sociales, entre ellas las vinculadas con el arte".

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